Artículo sección literaria en edición impresa
del Programa Oficial de Festejos
de La Villa de Turégano
2012
¿FANTASÍA REAL O REALIDAD FANTÁSTICA?
Hace
poco encontré una hoja escrita a mano de mi puño y letra en una mala tarde de
invierno del 2009 que decía así:
No sé si ando, o es la tierra y los
pedruños que avanzan hacia mí. Pasan por debajo de las plantas de mis pies,
rugiendo a cada paso en el firme
irregular que castiga mis tobillos. Cruje la hojarasca y tronchan las retamas,
impasibles ante mi presencia, mientras un sórdido frío lacera mi cara con
augurio grisáceo de tiempos convulsos.
La tensa calma alimenta una paz interior
casi virtual. En una sagrada caverna, profunda y primitiva, hospicio recóndito
de mis desdenes, me refugio en subsistencia y me convierto en centinela de la
pura esencia del ansia de amar, entregado a ciegas al anhelo de un cálido
abrazo, corto en el tiempo y eterno en su recuerdo.
Dibujo en sus paredes figuras abstractas,
corazones deformados y erosionados por el paso del tiempo… Triste decorado de
interiores para generaciones venideras. ¿Este es nuestro legado? ¿Este es el
arte rupestre que nos queda en el alma?
No quisiera que el turbio presente se
convierta en los pobres resquicios para un futuro que mire hacia atrás y vea una burda versión
de Las Cuevas de Altamira:
-Hombrecillos y monigotes con lanzas y
flechas corren tras “las bestias” para darles caza y alimentarse. Todo un rito!
una expresión con “denuedo de supervivencia”, esquema dibujado de la “imposición de la fuerza inteligente” para
abatir a la presa:
con ocres y arcillas elaboraban pinturas
que daban forma y color a las figuras…
Yo utilizo la “espesa pasta” de la “miseria
humana” para dibujar en las cavernas demonios retorcidos y perversos, acechando
a la pacata manada de individuos que huye despavorida hacia un precipicio
irreversible de banalidad, borreguismo, absurdo egocentrismo y esclavitud
vital.
Quisiera dar brillo y color a mis
pinturas, pero no hallo materia prima entre tanta bazofia. Sólo tengo una
esperanza que me provea de la simiente para traer la luz a mis rocosas paredes:
reinventar un corazón insumiso al temor,
que rezume melanina creando tonalidades vivas en un pantone que redecore esta oscura y rancia gruta en la
que pernoctamos.
Releyendo
estas palabras, me vienen los recuerdos de aquellos momentos de agudizado
pesimismo. Y tres años después no es que la situación general haya mejorado…más
bien ha ido a peor.
Sin
embargo, no opté por resignarme al fatalismo y emprendí un viaje de retorno
hacia mi verdad interior.
Decidí
desenterrar al niño sepultado bajo la pesada losa de la madurez, encontrando así a un gran aliado.
Ahora
ese espíritu infantil guía a un adulto que ha reaprendido a vivir con
intensidad cada momento del presente, sin obsesionarse por un futuro mejor que
parece nunca llegar.
Es
la senda para convertir una cruda realidad en una fantasía creada a medida para
disfrutar compartiéndola… como El Carnaval de Turégano 2012, en el que “el
niño” me decía al oido:
Vamos a convertir Turégano en el País de
las Maravillas…
Y
Turégano se llenó de criaturas fantásticas deambulando por sus calles y plazas
y el Sombrerero de la Corte amenizando la velada.
Luego
“el niño” me dijo:
Vamos a convertir Turégano en la sede
oficial de La Eurocopa de Futbolchapas…
Y
Turégano se llenó de guiris europeos de 16 paises “dándole a la chapa” con los
medios de comunicación pendientes del evento…hasta el Diario deportivo
MARCA…pa´flipar!!
Después
“el niño” me dijo:
¿Y si convertimos La Villa de Turégano
en Villa Olímpica?...
Eso
va a ser más difícil. Pero llega TUREGANO´S RUNNER y monta una carrera. Pues ya
está La Villa Olímpica…
llena
de atletas de todas las categorías, público apasionado, premios, trofeos,
podio…¿Es o no es espíritu Olímpico?
En
todos estos casos yo disfruté como un enano y ví con mis ojos disfrutar a un
montón de gente…como en Las Fiestas de Turégano, que hacen feliz a muchos,
sobre todo a los que amamos a “este pueblito bueno”.
¿Son
fantasías reales? ¿O son realidades fantásticas?...
Yo
no lo se…pero vamos a disfrutarlas.
LUISMI SIN
FRONTERAS
Luis M Peromingo